La literatura del diseño industrial

Si algo ha marcado la evolución del ser humano, podemos decir, en primer lugar, que ha sido el pulgar. Gracias a esta morfología, la mano adquirió la capacidad de crear herramientas, de cogerlas y utilizarlas. Nos permitió modificar y adaptar el entorno, realizar todo tipo de tareas e incluso escribir.

Otra capacidad extraordinaria es, sin lugar a dudas, el lenguaje. A través del lenguaje nos comunicamos, expresamos ideas, las racionalizamos y las hacemos posibles: pensamos. El lenguaje convierte en factible incluso aquello que solo existe en el imaginario.

El diseño es lenguaje y, en mi tratado "La estética del entendimiento proyectual", ambas cualidades —la de crear y la de expresarse— se suman para llevar los objetos que proyectamos y pensamos a su estado estético. Es un tratado que sistematiza la estética a partir de un método lingüístico proyectual.
En este sentido, podemos decir que el diseño es la literatura de los objetos y que los objetos son literatura en estado físico. Construimos literatura a través de ellos, dotándolos de narrativa, de crítica y de nuestra visión del mundo.

Hemos insistido poco en dos materias académicas fundamentales: la lectura y la escritura, es decir, el comprender y el comunicar. Arrastramos un déficit histórico en estas áreas dentro de la formación en diseño, y ese vacío nos ha llevado a una profunda pérdida de sentido en los resultados, sin menospreciar el enorme valor humanista que aportan a la disciplina.

Después de tantos años como diseñador industrial, hoy puedo afirmar sin riesgo a equivocarme que la escritura está muy por delante del dibujo. Se puede diseñar sin saber dibujar —eso lo sabemos todos—, pero es muy difícil diseñar sin saber escribir y, mucho menos, sin saber leer. Porque el diseño es lenguaje: no es expresión aislada, no es rasgo, no es solo visual. El contenido que concentran los objetos es plenamente literario; se construyen con historias. Historias que pueden ser verdad, ficción o una mezcla de ambas, pero que siempre responden a nuestra propia condición humana, situándolos culturalmente.

El lenguaje nos ha dado la capacidad de comunicarnos, pero más allá de hacernos entender, lo verdaderamente importante —en relación con el diseño— es la capacidad que nos ofrece de narrar.

Diciembre 2025

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