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Un lunes para el diseño

Un lunes cualquiera de finales de agosto. Aun no son las 7.00 de la mañana cuando salto de la cama a la ducha. Varios objetos del baño me recuerdan proyectos abiertos. Apenas me he quitado las legañas de los ojos y ya tengo el diseño industrial metido en la cabeza.

Antes de salir de casa, un último repaso. Es importante asegurarse de que llevo el Pendrive en el bolsillo con los archivos que he avanzado durante el fin de semana.

Salgo de casa. En el ascensor repaso la agenda y organizo mentalmente el día.

Las 7.45. Me tomo el primer café de la mañana. Poco puedo concentrarme en la prensa más allá de los titulares porque aun estoy cuadrando tareas mentalmente. La jornada ya ha empezado.

Antes de encender el motor del coche reviso el correo electrónico desde el móvil. Algún que otro spam, varios CVs e informes de las redes sociales de mi participación vespertina del día anterior.
Mi buzón aun se mantiene en tregua hasta que los clientes empiecen a despertar.

Unos kilómetros más tarde, en Terrassa, me reúno con un proveedor para recoger un prototipo que tengo que entregar el miércoles. Parece que todo está correcto pero advertimos que una pieza está mal y que no es posible montar el conjunto. Intentamos salvarla pero no lo logramos, hay que repetirla. Me asegura que hará todo lo posible para que esté el miércoles... Pero no estará... Mejor no cuento con ella hasta finales de semana.
No me preocupa llamar al cliente para darle "malas noticias" y mover la agenda, me fastidia mucho más no poder avanzar con este proyecto, como tenía previsto, porque no he podido analizar funcionalmente la maqueta. Eso me rompe la programación.

A pesar del bache mi mañana ha de continuar. Mi próxima parada es una prueba de molde en Canovellas a las 9.30.

En el coche, aparcado, atiendo las primeras llamadas. Desde hace días me deben precios de coste de inyección de varias piezas y el proveedor me dice que le han fallado unos archivos... Y me lo dice ahora... Siempre pasa lo mismo. ¿Pero por qué no te llaman cuando -presuntamente- saben que no están correctos los archivos? ¿Quizás porque no se lo han mirado?
En fin, quedo en que luego le paso la información necesaria otra vez, aunque me dice que seguramente hoy ya no me podrá dar datos... Y no me los dará...

Aprovecho para poner al corriente de la incidencia del prototipo al cliente. Una llamada amena a pesar del problema. Quedamos en fijar una reunión la próxima semana. Hablaremos sobre el jueves para confirmar.

La semana acaba de empezar y ya se atascan asuntos que me aseguran un final semanal algo frenético.

Al fin llego al moldista. La verdad es que la prueba de molde no podía haber ido mejor. Por lo menos son buenas noticias para un día que no había comenzado demasiado bien.
Cuando llego ya se han hecho las primeras inyectadas y está todo según lo previsto. Valoramos las piezas conjuntamente y recojo algunas muestras.
Antes de irme tomamos un café cordialmente "arreglando el mundo". Aprovecho y me pongo al día de las noticias.

Sobre las 10.45 salgo para el estudio.

Al fin me siento. Son las 11.15. Hasta las 13.30 organizo lo que queda de mañana para intentar rematar el modelado de un producto electrónico, preparar algunos 3D para realizar la presentación de un nuevo encargo y terminar la documentación de una nueva fase de proyecto. Labores que voy compaginando, a poco que puedo, atendiendo nuevas llamadas y contestando mails.

545 MB y un par de cafés más tarde miro el reloj por primera vez; las 13.15! Es increíble que ya sea casi la hora de comer.

Una llamada imprevista me trastoca un poco la tarde. Un cliente me propone quedar a las 15.00 en sus instalaciones de Cerdanyola. Ha montado esta misma mañana las primeras unidades de un producto que hemos diseñado y quiere que comentemos algunos aspectos. Me asegura que será rápido, que no es grave pero que es importante porque tiene que entregar un pedido y necesita una opinión.

Decido comer en el bar de al lado del estudio para arañar todo el tiempo posible porque no me ha dado tiempo a terminar lo que tenía previsto. Bocata, prensa (ahora con más concentración) y café.

Después de la reunión en Cerdanyola, que ha ido muy bien, vuelvo al estudio sobre las 16.15.

A esta hora la mañana parece que no haya existido. Se me antoja muy lejos. Nuevos temas programados ocupan ahora el tiempo. Y entre huecos voy preparando varios presupuestos que tengo abiertos así como intento poner en orden los nuevos mails recibidos.

Hoy espero una visita. Son habituales. Reuniones de trabajo.

Ya son las 18.00 y parece que no haya hecho nada. El tiempo vuela. Envío planos y 3D a varios proveedores y clientes. Mañana los gestiono personalmente por teléfono, se me ha echado la tarde encima.

Llaman a la puerta, es la visita que esperaba, al fin. Se han retrasado un poco. Empezamos una reunión dedicada a estudiar presupuestos y proveedores para determinar la fabricación de uno de los últimos proyectos realizados. Básicamente contrastar y detallar la documentación a entregar porque todo está dentro de los límites que marcaba el brief de proyecto.

A las 19.45 me despido de la visita. Se llevan bastante información para estudiar. Hablaremos a mediados de semana para comentar como lo vemos.

Reviso el trabajo que me espera mañana y el que hemos avanzado hoy. Cierro programas. Pongo el PC en modo suspensión y apago las luces.

Las 20.15. Aun es de día aunque se notan que las horas son más oscuras que hace unas semanas.

Antes de salir, un último repaso... Es importante asegurarse de que llevo el Pendrive en el bolsillo con los archivos que me he llevado del estudio para poder avanzar un poco esta noche si tengo energías... Y ganas.

De camino a casa paro a comprar pan. Llego y preparo la cena en compañia. Un rato en familia, algo de tele (sobretodo series) y a dormir. Finalmente no he avanzado nada, tal y cómo quería...

Las 00.30.

- Mañana será otro día, me digo. Un martes cualquiera de finales de agosto...

Así puede ser perfectamente un día cualquiera en la vida de un diseñador industrial. Probablemente se aleja bastante de la idílica imagen que se proyecta desde el exterior sobre nuestro colectivo. Pero la realidad es que el diseño industrial es una profesión como otra cualquiera, sujeta a entregas, horarios y problemas.

Septiembre 2014